La creciente incorporación de Internet y la digitalización de contenidos, ha abierto paso a la oportunidad de desarrollar industrias culturales en modelos colaborativos, lo que se ha venido en denominar, web 2.0. Precisamente, esas posibilidades que nos ofrece Internet son consideradas en el estudio realizado recientemente por el Banco Interamericano de Desarrollo.

El modelo colaborativo desecha la clásica dicotomía proveedor-consumidor, para adoptar la figura del prosumer, un usuario que hace las veces de productor y consumidor de contenidos. En lo hechos, esto supone que un creador comparte su condición de tal con quienes hacen uso de la obra, autorizándoles a acceder e intervenir la misma.

El informe describe el paradigma de las redes sociales distribuidas y de las oportunidades que ellas ofrecen para potenciar los diferentes sectores de las industrias culturales en Latinoamérica y Caribe. En él se realiza una tipología sectorial de negocios en el contexto de las industrias culturales, se identifican modelos económicos factibles y se recogen buenas prácticas asociadas a cuatro sectores clave de las industrias culturales online: los netlabels, la difusión viral de eventos culturales, el turismo cultural y el comercio electrónico de productos culturales de artesanía.

Por supuesto, el informe ha incluido la revisión de dos prácticas nacionales: el sello discográfico Pueblo Nuevo y la Cooperativa Tecnológica MADReV.

Tanto el Informe como sus Anexos se encuentran disponibles en línea.