Este martes se invitó a exponer las observaciones a la Comisión de Ciencia y Tecnología.
Luego de una intensa discusión pública a principios de mes sobre los proyectos que modifican la ley 19.733, Sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo (Boletines N° 9460-19 y N° 9461-19), la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados dio un paso significativo al no pasar el proyecto a la Sala y volver a discutirlo para mejorar su redacción.
Así, este 28 de enero fuimos invitados a exponer nuevamente a la Comisión nuestras observaciones a los proyectos. Además de los parlamentarios asistentes, fueron invitados el Instituto Chileno de Derecho y Tecnologías y la Fundación Fucatel, instituciones que han respaldado públicamente los proyectos. Llama la atención que no hayan sido invitados en esta ocasión otras importantes organizaciones que han participado del debate público expresando sus reparos a los proyectos, como NIC Chile, El Mostrador o el Colegio de Periodistas, por nombrar algunas. Esperamos que su omisión sea solo un problema de agenda y puedan ser invitados más adelante a la Comisión, pues no hacerlo sería ignorar buena parte del interesante debate público que se ha producido.
En ese escenario, expusimos nuestra argumentación (acá nuestra minuta), concentrados principalmente en demostrar cómo algunos aspectos técnicos de estos proyectos, sumados a la ley actual, representan un peligro para la libertad de expresión. Particularmente, cómo la amplia definición de “medio de comunicación” puede ser usado como excusa para que, en la práctica, muchos sitios web puedan ser calificados así y, por ende, sujetos a las reglas legales. En este contexto, apuntamos a que no hay antecedentes técnicos para afirmar que el cumplimiento de los requisitos de funcionamiento de un medio en Chile es voluntario, como se ha dicho. Asimismo, nos referimos a la sobrecarga de requisitos formales adicionales que estos proyectos demandan a la creación y funcionamiento de diarios digitales, como también cómo algunos de ellos afectan el derecho al anonimato (que es una garantía para la libertad de expresión de las personas en cualquier democracia moderna).
De igual forma, hicimos llegar una serie de propuestas de mejoramiento del texto de los proyectos de ley, de manera que estos no afecten el derecho a la libertad de expresión.
Valoramos la disposición al diálogo que demostró la Comisión con su invitación para exponer nuestros reparos. También esperamos que este sea un proceso de real apertura al diálogo técnico, y que se escuchen a otros actores implicados en la discusión pública, de tal forma de lograr una ley mejor, más moderna y, por sobre todo, que no ponga de ninguna manera en riesgo la libertad de expresión.