¿No pudiste ir al seminario “Tecnología y Propiedad Intelectual en el TPP”? Acá hacemos un resumen de las principales discusiones en una de las pocas oportunidades públicas que ha habido en Chile para hablar sobre este tratado.
Este martes 7 de enero el auditorio Alessandri de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile estaba repleto desde temprano. Es que el seminario “Tecnología y Propiedad Intelectual en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP)” prometía algo inédito hasta ahora: no solo se discutiría sobre un tratado negociado en completo secreto, sino que además contaría con un representante de DIRECON1 , organismo que lleva adelante las negociaciones del tratado como representante del Gobierno.
Así, se presentó en primer turno Mathias Francke, por parte de la DIRECON, haciendo un análisis general (no cuantificado) de la importancia del tratado para Chile, poniendo como prioritaria la idea de que en el eje Asia Pacífico está el futuro de la economía mundial.
Se echó de menos, eso sí, un análisis algo más detallado respecto de los costos que tiene para Chile la firma del TPP, dado que si estos son más altos que los beneficios, la conveniencia de este tratado se pone en serio entredicho.
De hecho, no sería coincidencia que estos fuesen argumentos utilizados por varios de los expositores siguientes en el seminario.
Por ejemplo, Carlos Furche, ex jefe de DIRECON y autor del informe “Chile y las negociaciones del TPP: Análisis del impacto económico y político”, reafirmó que los antecedentes llevan a pensar que la única negociación con la que podría eventualmente obtenerse beneficios es con Japón; con los otros países del TPP, la oportunidad es prácticamente nula:
“Si el TPP se hubiese discutido en el año 1990, sería imprescindible para el país. Hoy, en la mejor de las hipótesis, el TPP tiene un impacto marginal para nuestra economía”.
Teniendo esas escuetas ganancias, se hace más importante ver qué costos se pagan en los aspectos más sensibles de la negociación según Furche, como propiedad intelectual, derechos digitales, establecimiento de empresas del Estado, medio ambiente, entre otros.
En esa misma línea, Daniel Álvarez, coordinador de investigaciones CEDI2 y director legal ONG Derechos Digitales, recordó que durante la negociación del TLC3 con Estados Unidos, se dijo que las concesiones en temas de propiedad intelectual eran el precio a pagar por la firma del tratado. Hoy, 10 años después, cuando con el TPP se piden aún más concesiones en estas materias pero los beneficios comerciales son marginales, no parecería lógico firmar el tratado.
En este sentido, Álvarez aprovechó de señalar cómo nos vemos afectados al no haber en Chile una política pública internacional sobre propiedad intelectual, sobre todo en negociaciones como el TPP. Hoy, en vez de tener una política consensuada en estas materias, hemos adoptado como piso lo negociado en el TLC con Estados Unidos, lo que nos pone en una situación problemática a la hora de defender nuestra propia agenda.
También este último recordó asuntos tan graves como el “Certification”, mecanismo del TPP que condiciona la entrada en vigencia del tratado a la aprobación, por parte de Estados Unidos, de las regulaciones locales que se hayan ideado para este efecto. Álvarez se atrevió incluso de tildarlo de un posible mecanismo inconstitucional.
Por su parte, en la mesa sobre tecnología y TPP, Rodrigo León, presidente del capítulo chileno de LES4 , reconoció la importancia no solo de la protección de la propiedad intelectual, sino de la efectividad de la aplicación de las leyes sobre estas materias.
Claudio Ruiz, director ejecutivo de ONG Derechos Digitales y quien también estaba en esa mesa, apuntó a cómo el TPP hoy está reafirmando la idea de que los estándares sobre propiedad intelectual se fijen en tratados comerciales y no en instancias apropiadas como la OMPI5 , lo que termina poniendo barreras para la discusión y reforma de un sistema de derechos de autor que, a medida de las nuevas tecnologías, necesita sustanciales cambios.
En la mesa de propiedad industrial y patentes farmacéuticas, José Luis Cárdenas de Laboratorio Chile, afirmó que el TPP representa una pérdida de bienestar para el país y que los mayores estándares de propiedad intelectual no benefician a países pequeños como Chile, sino a grandes economías como Estados Unidos y Japón. En esta misma línea, el profesor de derecho de la Universidad de Chile, Rodrigo Cooper, reconoció que el actual régimen de derechos de autor no beneficia a los chilenos, sino a industrias como Disney; y que un tratado con tantas implicancias como el TPP merece un debate abierto.
Por su parte, los representantes de CIF Chile6 y la ACTI 7 fueron los panelistas más ambiguos a la hora de expresar su apoyo o no al TPP. Ambos prefirieron no dar públicamente su posición, excusándose de no hacerlo hasta tener una versión oficial del texto.
Esto último no estuvo exento de polémica, sobre todo cuando una intervención desde el público manifestó su extrañeza que CIF Chile no conociera el texto del TPP, cuando las farmacéuticas internacionales que ellos representan han influido de forma rotunda en el texto en discusión, siendo especialmente claves en las posiciones de Estados Unidos.
Y si bien, con matices, en su gran mayoría los panelistas coincidieron en la necesidad de mayor debate sobre las implicancias del TPP, no dejó de ser contraproducente que, a la pregunta para el representante de DIRECON sobre la disponibilidad de documentación con los beneficios del TPP para Chile, éste haya respondido con un escueto: “son confidenciales”.
Al parecer, a la sociedad civil solo le queda seguir organizando estas instancias para dar luces a la ciudadanía de lo que implicaría la firma de este tratado.