Siguiendo la tendencia internacional, nuestro país contará con un modelo de licencias complementarias al copyright, que otorga más ventajas a creadores y usuarios. Será presentado mañana en la capital por su precursor, Lawrence Lessig.
¿Qué tienen en común la música de Gilberto Gil con los materiales educativos del MIT? ¿O los artículos del senador Fernando Flores con videos de los Beastie Boys? A todas estas creaciones se puede acceder gratis a través de internet, pero además se pueden usar de manera libre para dar origen a nuevas obras. Ello, porque están licenciadas bajo Creative Commons (CC), un innovador concepto de derechos de autor adoptado ya por una veintena de países y que está próximo a hacerse realidad en Chile.
Esta modalidad propone un modelo de propiedad intelectual flexible, complementario al tradicional copyright, destinado a estimular el trabajo creativo, y que permite a los autores definir hasta dónde y en qué términos sus producciones intelectuales pueden ser utilizadas, ampliando así la gama de materiales disponibles para construir y compartir nuevos conocimientos. En tanto, a los usuarios posibilita el saber de antemano qué es lo que pueden hacer con una determinada obra.
Creative Commons (cuya traducción equivaldría a «territorios creativos comunes») es una organización sin fines de lucro que busca reducir las barreras legales a la creatividad y que invita a los autores a compartir sus obras bajo «algunos derechos reservados», definidos por ellos mismos. Para tal efecto establece cuatro grados de licencias en las que el creador establece las condiciones generales de uso, que se pueden combinar entre sí y quedan incorporadas digitalmente a los títulos.
Estas opciones son: «Reconocimiento», atribución en la cual se autoriza el uso, pero citando al autor; «Uso no comercial», que permite la utilización sin opciones de lucro posterior; «Sin obras derivadas», que faculta para reproducir la obra, mas no para intervenirla o transformarla, y «Licenciar igual», que obliga a poner a disposición del público el resultado de obras en las mismas condiciones en que se encontraban antes de ser transformadas o alteradas.
Chile es el segundo país latinoamericano en adoptar este modelo mundial después de Brasil. Las licencias fueron traducidas y sometidas a discusión pública durante el mes de mayo, con el objetivo de adaptarlas a la legislación nacional.
En el país, esta iniciativa es impulsada por la Universidad de Chile, a través de su Sistema de Servicios de Información y Bibliotecas (Sisib), en conjunto con la Corporación Derechos Digitales.
Actualmente, Creative Commons tiene más de 10 millones de creaciones licenciadas en todo el orbe, mayoritariamente en Estados Unidos, entre las cuales se pueden encontrar libros, fotografías, videos, archivos sonoros, obras de arte y música, muchos de ellos reconocidos autores como David Byrne, Le Tigre y Cory Doctorow. Todas accesibles para su uso desde http://creativecommons.org/find/ La presentación oficial de Creative Commons en Chile se realizará mañana viernes 1 de julio, a las 11.00 hrs., en el Museo de Arte Contemporáneo (Av. Matucana 464), en una actividad que contará con la participación de su creador, Lawrence Lessig, abogado y académico de la Universidad de Stanford. En la ocasión, este especialista en temas de derechos de autor en internet y sociedad de la información, efectuará una exposición sobre los objetivos y alcances de su proyecto internacional.
Facultad de Artes inscribe obra y la presenta en la Alameda En el marco del lanzamiento, el Seminario de Tecnologías Suaves, dictado por profesores de la Universidad de Turín, en el Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte de la Facultad de Artes de la Corporación, mostrará el trabajo realizado en él, denominado «Memoria histórica de la Alameda». En la ocasión, esta obra será inscrita en los registros de patentes de Creative Commons.
Además, el mismo día, a las 15.00 hrs., en el frontis de la Casa Central se efectuará, como parte de ello, una experiencia con los transeúntes que pasen por el lugar, quienes se verán invadidos de entrevistas, imágenes, información escrita, lecturas, recortes y edición sobre historias en la principal arteria de la capital. Lo anterior, a través de medios técnicos, tales como: una Palm, un GPS y un ordenador, los cuales trasportará el público en una mochila.