Google como “distribuidor” de contenidos versus los medios tradicionales como “creadores” de contenidos: ¿de quién es el negocio?. La polémica es vieja pero cada cierto tiempo vuelve a arremeter. Todo, claro, por el reciente acuerdo que llegó Google con los medios franceses para pagarles 82 millones de dólares, destinados a proyectos que ayudarán a los periódicos a acelerar su transición al medio digital y a que puedan generar dinero en la red.
Las reacciones han sido del más amplio espectro, pero lo cierto es que el acuerdo da luces sobre cómo ha ido evolucionando el debate, sobre todo, reafirmando un principio vital: “enlazar es bueno“.
El convenio de Google con los periódicos franceses tiene un lado positivo, pues no radica en pagar por los enlaces. Como hemos sostenido en reiteradas ocasiones, los enlaces a contenidos (links) no están sujetos a derechos de autor y por ende no corresponde ninguna compensación por ello. Además, los hechos y circunstancias con las que se componen las noticias tampoco reciben protección mediante derechos de autor, sino solamente la forma en que ellos son redactados. Por tanto, se ratifica que lo que hay detrás de este conflicto no tiene que ver con propiedad intelectual como a veces se hace creer.
El conflicto más bien parece apuntar a un modelo de negocio sobrepasado con el nuevo escenario digital. Por ejemplo, a pesar del apoyo monetario comprometido por Google, el presidente ejecutivo del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, ha calificado el acuerdo como dar “cacahuetes” a las víctimas. De hecho, ha propuesto que las empresas de distribución de contenidos en Internet paguen a los titulares de derechos sobre las publicaciones (los dueños de los medios) un canon “semejante al canon digital”. Pero aquella medida parte del errado presupuesto que las empresas de distribución de contenidos violan los derechos de autor de los medios, tema que no ha logrado generar consenso. De muestra, el acuerdo de Google con los periódicos franceses.
Con todo, existen otros aspectos que podrían cuestionarse sobre estos “agregadores de noticias” como Google News, relacionados con la libertad de expresión y que parecen estar ausentes de la discusión pública de las partes interesadas.
Cómo asegurar pluralidad de medios de comunicación en los resultados de las búsquedas parece un debate en el que hay mucho que avanzar. Falta un cuestionamiento real a Google sobre el algoritmo de sus búsquedas y presentación de noticias que no es, ni de lejos, neutral, y que deja en desigual posición a los medios de comunicación que no cuentan con los recursos para posicionarse en el buscador.
Asimismo, preocupa la posición en que quedan los medios que han llegado a este acuerdo con Google en Francia. No solo porque se sospecha de su autonomía a la hora de generar un modelo sustentable propio detrás de su labor, sino que también los deja ligados a una empresa que tiene una cada vez mayor poder de mercado en la distribución de la información a los ciudadanos.
Si bien es positivo que el acuerdo entre los diarios franceses y Google no sea por concepto de derechos de autor, el surgimiento y consolidación de sitios “agregadores de noticias” también levanta nuevas dudas en cuanto al crítico rol que le cabe a los intermediarios de Internet para garantizar el acceso a la información, la libertad de expresión y la diversidad de discursos en esta red global.
*Columna escrita en colaboración con Francisco Vera.