#NOTPP: Reporte sobre 15ª ronda de negociación del TPP

Manifestaciones al frente del recinto de negociaciones

Entre el 3 y el 13 de diciembre en Auckland, Nueva Zelanda, se desarrolló una nueva ronda de negociación del tratado internacional conocido como Trans Pacific Partnership Agreement (conocido también por sus sigas TPP o, en castellano, ‘Acuerdo Transpacífico’). Como hemos señalado anteriormente, el TPP es un acuerdo de libre comercio que se está negociando entre varios países de la cuenca del pacífico que pretende, en principio, eliminar barreras para el libre comercio entre los mismos países. Sin embargo, el texto en negociación es secreto, por lo que no tenemos acceso al texto del mismo, y el público sólo se ha podido enterar a través de filtraciones de los alcances de la negociación.

Previo al inicio

Antes de que inicie la ronda de negociación de Auckland, junto a nuestros amigos de Políticas Farmacéuticas elaboramos una declaración pública donde cuestionamos las razones que el gobierno chileno tiene para involucrarse en la negociación de este acuerdo. Como es de público conocimiento, Chile posee acuerdos de libre comercio con todos los miembros del acuerdo TPP, con lo que su ganancia en acceso a mercados será meramente marginal, mientras las pérdidas esperadas por incorporar disposiciones de propiedad intelectual que perjudican claramente a nuestro país son millonarias.

Llegamos a Auckland el 1 de diciembre, con el objeto de formar parte de un taller con otras organizaciones de la sociedad civil, organizado por nuestros amigos de EFF, y el resto de la semana asistimos a diversos eventos, reuniones y participamos en el día de ‘stakeholders’ que organizan los países que negocian el TPP.

Entrada al recinto de negociaciones. Cerrado.

Ya en la 15ª ronda de negociación del acuerdo, no solamente existe falta de transparencia y participación ciudadana en la negociación del tratado, sino que además la situación ha empeorado. Como reportamos desde Auckland, cuando llegamos al recinto donde tomaron parte las negociaciones fuimos informados que no tendríamos acceso alguno al recinto de negociaciones, a diferencia de lo que ha ocurrido en rondas anteriores, donde si bien los términos de las negociaciones siguen siendo secretos al menos el contacto con los negociadores era directo en el recinto de negociaciones.

Actividades oficiales

Como en ocasiones anteriores, ONG Derechos Digitales estaba acreditado oficialmente como ‘stakeholder’ (parte interesada) en las negociaciones. En la práctica, de acuerdo con lo que ya señalamos respecto de la prohibición de entrar al recinto de negociaciones, esto solamente significó dos cosas: la posibilidad de hacer una presentación y asistir a una reunión donde los jefes de negociación de cada país informan el estado del acuerdo en uno de los días de negociación, ambas en el mismo día.

Francisco Vera de ONG Derechos Digitales exponiendo frente a negociadores (foto: José Luis Cárdenas)

Nuestra presentación fue sobre las medidas de ‘enforcement’ (cumplimiento) que Estados Unidos busca implementar en el acuerdo TPP. Instituciones como daños punitivos (daños que resulten en un castigo para el infractor, más que un mecanismo de indemnización al afectado), presunción para pago de gastos judiciales (se presumiría en un juicio que deben pagarse costas legales a los abogados de la industria), daños preestablecidos (una escala de daños por infracción a propiedad intelectual: en los EE.UU. se han llegado a pagar cientos de miles de dólares por cada canción compartida en internet), van en contra de varios principios legales y derechos fundamentales.

También hablamos sobre responsabilidad de los prestadores de servicio de internet (ISP) frente a infracciones a la propiedad intelectual. Los EE.UU. persiguen un sistema donde en la práctica los ISP terminan trabajando para la industria de contenidos, mientras que en otros países, como Chile y Canadá, se han alcanzado soluciones muchísimo más respetuosas de los derechos de las personas, especialmente del derecho humano de libertad de expresión.

En ocasiones anteriores, hemos podido acceder diariamente al recinto de negociaciones del TPP y participar de una ‘feria de interesados’ donde nos asignaban una mesa para poder recibir negociadores y entregarles material elaborado por nosotros. Sin embargo, en esta ocasión la participación oficial se redujo simplemente a un día de actividades (que además, coincidió con el día libre de los negociadores de algunos capítulos).

La reunión con los jefes de negociación, por su parte, suele ser siempre igual: la sociedad civil plantea preguntas legítimas y los negociadores o responden vaguedades, o en algunos casos derechamente no responden la pregunta formulada. Entre las preguntas destacadas, nuestro amigo Steve de OpenMedia le preguntó a los negociadores canadienses si podían asegurar que el TPP no iba a modificar su nueva ley de Derechos de Autor, recientemente publicada.

Entre las respuestas útiles, solamente podemos saber que el tratado sigue su curso, que el presidente de los EE.UU. quiere firmar el tratado antes de octubre del 2013 (coincidiendo con una reunión de la APEC) que Estados Unidos aún no presenta una propuesta sobre patentes (nuestro amigo José Luis Cárdenas escribió sobre el tema recientemente).

Actividades no oficiales

Del lado de la sociedad civil, la agenda estuvo muy nutrida. Ocurre que en Nueva Zelanda, al no tener un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, la población está bastante atenta al proceso de negociación del TPP, por la cantidad de cambios que acarrearía la firma del tratado.

Cartel usado en protestas contra el TPP en Nueva Zelanda

Mientras en Chile nosotros cuestionamos la necesidad del tratado por haber firmado suficientes acuerdos de libre comercio, en Nueva Zelanda la discusión es mucho más amplia por cuanto hay sectores de la población que creen que compromete su soberanía o impone condiciones injustas para el comercio, sumados por cierto a quienes cuestionan, como nosotros, que el capítulo de propiedad intelectual sirva a los intereses públicos involucrados en la discusión.

Entre otras actividades, activistas hicieron llegar más de 700.000 firmas en contra del TPP a los negociadores del acuerdo, recolectadas en el sitio web Avaaz.org. Además, realizaron varias marchas, siendo una de ellas bien masiva y terminando en disturbios entre manifestantes y policía (algo a lo que en Chile ya estamos acostumbrados).

En relación con actividades enfocadas en Propiedad Intelectual, nuestros amigos de InternetNZ prepararon varios eventos relativos al acuerdo TPP. Entre ellos destacamos un almuerzo al que invitaron a los negociadores de Propiedad Intelectual de los diversos países y una gira a la que también invitaron a los negociadores a la Fundación para los ciegos de Nueva Zelanda.


Reunidos en la Fundación para los ciegos de Nueva Zelanda

En el almuerzo, diversos expertos locales y extranjeros pudieron hablar con los negociadores sobre aspectos específicos del TPP, alertando sobre sus riesgos. En la Fundación, mostraron los efectos tangibles que las excepciones y limitaciones a los derechos de autor tienen en personas con discapacidades visuales, permitiendo la copia y adaptación de obras culturales a estas personas.

Impresiones finales

Camino de vuelta a Santiago (en un largo vuelo), la sensación es que el TPP se va a firmar y que existe toda la voluntad política de los países para hacerlo pronto. Firmar un tratado de libre comercio se percibe en la opinión pública como un logro, por lo que difícilmente veremos gobiernos saliéndose de las negociaciones del tratado o no firmándolo, más allá de nuestros deseos o ambiciones personales.

A diferencia de otros intentos por regular inapropiadamente temas de propiedad intelectual, como es el caso del acuerdo ACTA, rechazado por el parlamento europeo, el TPP es un tratado integral de comercio, por lo que en el afán de aprobar un capítulo de propiedad intelectual, Estados Unidos puede darle a algunos países más acceso a sus mercados de papas o lácteos, por poner un ejemplo. Mientras ACTA es un tratado contra la piratería, el TPP tiene muchas posibles ganancias en el corto plazo para los países que lo negocian, lo que dificulta enormemente nuestro trabajo.

Como dijimos, en el caso particular de Chile aún no podemos entender por qué nuestro país sigue negociando el tratado. No tiene mucho que ganar por el área de comercio, y sí mucho que perder en temas de propiedad intelectual. Tampoco el gobierno ha entregado información sustantiva respecto del porqué ingresó a negociar el tratado, y cuando fuimos a pedir explicaciones (requerimientos de transparencia mediante), nos refieren a un documento de APEC de la década pasada.

Por todo lo anterior, es importante tomar conciencia de los riesgos que encierran acuerdos como estos, cuando lo único que se tiene en vista son las ganancias de corto plazo y la posibilidad de tener una fotografía firmando un acuerdo de libre comercio junto al presidente Obama. Esperamos (y trabajamos para) que el TPP no sea una nueva cucharada de SOPA.

Si quieres colaborar en esa tarea, ¡ponte en contacto con nosotros!.

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