Varios planteles académicos y autoridades universitarias se han manifestado a favor del open access tratándose de publicaciones académicas. Movidas por el afán de garantizar acceso a la cultura, democratizar el conocimiento, rehuir los costos editoriales e incrementar el impacto de las mismas publicaciones diversas universidades han adoptado licencias libres para sus revistas, publicaciones y journals. Tal ha sido el caso de Harvard, Barcelona y el MIT, entre otras. ¿Pero cómo lograr que las demás universidades se sumen a esta iniciativa?
En Chile, sólo un 20% de la revistas académicas licencian sus contenidos de un modo que favorece la circulación de sus contenidos y permite su uso intensivo por sus lectores. Entre ellas destacan la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad de Talca y la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez. Para un país subdesarrollado, como el nuestro, garantizar el acceso al conocimiento es, además, esencial en el camino al desarrollo. ¿Qué hacer para avanzar en ese sentido?
Diversas organizaciones de la sociedad civil, junto a bibliotecarios, estudiantes y académicos, de Estados Unidos y Canadá acaban de reunirse en Washington para analizar cómo sumar al estudiantado a las demandas por acceso a los contenidos y sensibilizar al Congreso para la adopción de leyes, a través de las cuales exigir que las publicaciones académicas subvencionadas por el Estado garanticen acceso abierto a sus contenidos.
En la ocasión ONG Derechos Digitales, a través de quien fuera su Director de Estudios, Alberto Cerda Silva, avanzó algunos de los resultados de su reciente investigación sobre políticas editoriales de publicaciones académicas en Chile, y compartió experiencias de cómo abordar este problema y lograr mejor acceso a los contenidos de las publicaciones científicas, artísticas y literarias. En tal proceso, es esencial incrementar la convocatoria y la participación de quienes reciben beneficio directo: los estudiantes.