Freedom Not Fear es el nombre de la campaña global en contra de la adopción de leyes que ponen en riesgo los derechos y las libertades fundamentales, bajo el pretexto de combatir el terrorismo en Internet. Este año, la campaña tendrá lugar simultáneamente en más de treinta países, incluidos Alemania, Argentina, Estados Unidos, Francia, México y Perú, entre otros. En todos ellos, este 11 de Octubre, se realizará diversas acciones para llamar la atención pública respecto de los riesgos para los derechos de las personas y la democracia que implica la adopción de leyes para controlar a los usuarios de Internet.
ONG Derechos Digitales adhiere a la campaña Freedom Not Fear, y llama a la comunidad nacional a tomar conciencia sobre la importancia de contar con una legislación que garantice los derechos y las libertades fundamentales de las personas, tanto on line como off line. Como parte de las actividades, ONG Derechos Digitales solicitará formalmente al Congreso tomar parte en la discusión de dos iniciativas de ley que ponen en riesgo los derechos de las personas: el proyecto que modifica la ley de protección de la vida privada y el proyecto que amplia la obligación de almacenar datos de los usuarios por las empresas prestadoras de servicio de Internet.
El proyecto de modificación de la ley sobre protección de la vida privada fue presentado por el Gobierno la semana recién pasada. A través de él se reglamentará el tratamiento de la información personal, ajustando nuestra normativa a los estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Mientras, el segundo proyecto de ley, ya aprobado por la Cámara de Diputados, amplía por al menos un año el plazo por el cual las compañías proveedoras de Internet deben almacenar información de sus usuarios y extiende tal obligación no sólo a las compañías, sino que a toda persona que da acceso a Internet a otros.
Freedom Not Fear es una iniciativa que pone de manifiesto que la adecuada protección de los derechos de las personas, particularmente en el entorno en línea, demanda acciones globales. La regulación de la Red no puede ser abandonada a la paranoia del momento, sino que debe realizarse de modo que salvaguarde los derechos y libertades esenciales para el desarrollo individual y social.