A continuación, la carta al director de La Tercera que el presidente de ONG Derechos Digitales, Claudio Ruiz, escribió a propósito del interés público del caso Luksic versus su parodia en Twitter, @losluksic, y que fue publicada el 23 de febrero.
:::
Señor director:
La libertad de expresión es un derecho extraño e incómodo. Es un derecho individual, en el sentido de que nos da garantías para expresar nuestras opiniones, compartir ideas e intercambiar juicios. Pero también es un derecho que tiene un aspecto colectivo, porque la difusión de esas ideas y juicios es importante al ayudar a generar un debate público más robusto y, por ende, una mejor democracia.
Como suele suceder cuando se trata de derechos fundamentales, algunas veces el ejercicio de éstos es molesto e incómodo, y en algunos casos se roza con otras garantías. Algunas veces las críticas no nos gustan por incómodas, otras veces porque son dolorosas o hirientes, e incluso por ser derechamente falsas. Una democracia no es neutral respecto de este tipo de expresiones, porque es imposible pensar en una democracia sin la existencia de un debate público amplio y participativo. Una democracia no sólo protege, sino que debiera promover aquellos discursos críticos que ponen en jaque aquellas cosas que damos por ciertas, por canónicas.
El caso de Andrónico Luksic muestra gráficamente estas fisuras de la libertad de expresión. Muestra, además, el excesivo celo con que el Ministerio Público ha actuado persiguiendo un delito de bagatela, utilizando recursos fiscales por más de dos años sin haber mostrado, incluso al momento de la formalización, siquiera indicios de la configuración de un ilícito penal respecto de Rodrigo Ferrari. La prepotencia que ha mostrado el sistema judicial tiene un efecto perverso, incluso en caso de ser demostrada la inocencia de Ferrari: ¿Estaríamos dispuestos a criticar en público si sabemos que podemos ser expuestos a persecución criminal?
Los derechos fundamentales también tienen sitio en internet. La aparición de internet ha sido fundamental para la libertad de expresión del siglo XXI. Pero los derechos tienen sentido cuando se toman en serio. Tomarse en serio la libertad de expresión, en este caso, significa mirar con más simpatía de la habitual la sátira y la crítica.
Claudio Ruiz
Presidente ONG Derechos Digitales